Page 12 - Boletín 6
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arrolle a los espectadores, con resultados de diferente nivel de gravedad, máxime que el público se

coloca a ambos lados de la calle, sin que media más que la buena voluntad entre éste y el galope

tendido de los caballos.

                                                              La banda de música y sus esmerados

                                                              animadores amenizan las carreras necesarias

                                                              para entregar un centenar de pollos. Cuando

                                                              éstos se terminan, o están cercanos a

                                                              terminarse, los organizadores pueden optar

                                                              por algunas otras competencias, como coger

                                                              una botella, colocada en el piso, desde la

                                                              montura.

                                                              Antiguamente, esta celebración de los

                                                              pollos se realizaba en la calle Arista, frente al

                                                              Templo de San Agustín y corriendo hacia La

                                                              Palma, pero conforme las calles se fueron

                                                              empedrando, y posteriormente

Una vez que han ganado su pollo los jinetes corren jalándose  pavimentando, se hizo impráctico correr
mutuamente a lo largo de la calle.                            caballos sobre esas superficies, la calle de
Foto: David Manuel Carracedo Navarro.                         Las Torrecitas, actualmente sin pavimento
                                                              alguno, fue una muy buena opción, aunque

el tramo en que se corren las carreras esté del otro lado del Río.

Terminados los pollos todos se trasladan al atrio del Templo de San Agustín, donde ya estarán

acomodándose o en plena acción las danzas asistentes. Porque, por la tarde, la fiesta de Remuda puede

parecer una repetición (un poco menos concurrida) de la fiesta principal, quizás tal apreciación sea

rápidamente desmentida por la presencia de los parandes. Un parande es un tablero de unos cinco

metros por uno, donde se colocan, con un sentido artístico unos panes a los que también se les llama

parandes y botellas de vino, de refresco o cervezas, el tablero se complementa con adornos de papel.
Claro que hay cargueros que llevan nada más los panes y las botellas, como si fuera un “kit para armar

su parande”. La banda suele ir por los parandes a la casa de los cargueros para entrar

ceremoniosamente al atrio con la buena compañía de la música. Los cargueros mayores entregan un

pan y una botella a sus cargueros para sellar el compromiso. Éstos entregaran, para el año que viene,

una cantidad en efectivo para las diferentes actividades de la fiesta del próximo año. Es decir, que la

fiesta de remuda, lejos de ser una prolongación o un colofón de la reciente fiesta, es la primera

actividad del siguiente ciclo. Las danzas, unas siete u ocho, bailan en el atrio hasta las 11:00 pm. Al

mismo tiempo, desde las 8:00, en la plazoleta exterior un conjunto y su escenario de dimensiones

monumentales amenizan la verbena hasta la una de la madrugada. Cuando la última nota se escucha

la Fiesta de Remuda ha terminado y podremos saber que la fiesta del Barrio de San Agustín del

siguiente año está garantizada.

FUENTES:

La información para este artículo fue proporcionada y revisada por los señores: Valentín Morales Músico, Jesús
Músico Juárez, Cirilo Pérez Mezquite y José Basilio Martínez Ángel.

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