Page 11 - Boletín 6
P. 11

embargo, salvo el caso de Los Remedios y Escobedo, en el resto se asocia siempre a la Remuda de la
festividad correspondiente.

   Hoy en día no se cuelga de la cuerda a ningún Chamán, pero sí una canasta pequeña, que además
tienen en su interior una botella de agua, a unos cuatro metros sobre el nivel del suelo, se sacude sobre
los participantes, digamos como si fuera una piñata. Antes de que la canasta sea sacudida, los
tenanches realizan un ceremonial donde, por decirlo de algún modo, “piden permiso”, invocan a San
Agustín y a las imágenes veneradas en comunidades vecinas para que intercedan ante Dios para que
todo se desarrolle de buen modo; los pollos y la canasta son también integrados al ritual durante este
ceremonial.

   Los pollos llegan a ser un centenar, desde ocho días antes, un grupo de personas recorren las
comunidades, cercanas y no tan cercanas, para su recolección, pueden acudir a San Nicolás, Neutla,
Presa Blanca, Tres Puentes, La Lagartija, Morales, San Pedro, Orduña, etc, como se comprenderá,
para efectos de la fiesta es irrelevante que algunas comunidades estén en otro municipio. Este proceso
también conlleva un ceremonial ya que los “polleros” van acompañados de los “tamboleros”, —un
dueto de flauta y tambor (que no son tunditos, porque el tambor es mucho más grande)—; al llegar a
un domicilio saludan con la fórmula tradicional de “Ave María Purísima” y explican que acuden a
invitar a la celebración de la Remuda de San Agustín, que será tal día y en tales lugares, ya después
preguntan si tendrán algo para compartir, es entonces cuando reciben algún gallo, gallina, guajolote
o pato en diferentes tamaños. Si no
otorgan un animalito, dan ayuda en
efectivo o algún refrigerio para los
“polleros”. Esta actividad, además es una
de las mejores formas de difundir el
evento.

   Antes de que la canasta se meza sobre
los concursantes, se realiza una carrera
entre los niños asistentes, unos cincuenta
metros de ida y vuelta, el niño ganador
recibe el primer pollo de la tarde. Después
la canasta se bambolea sobre los Jinetes de pie sobre sus cabalgaduras intentando tomar la canasta.
concursantes de a caballo, quienes se Foto: David Manuel Carracedo Navarro.
ponen de pie sobre sus cabalgaduras y
brincan y se contorsionan para asir la canasta que simboliza al chamán, cuando lo consiguen se hacen
acreedores a un pollo, previo pago de una cuota de cincuenta pesos que les da derecho a todos los
pollos que logren ganarse. Cuando un habilidoso jinete ha ganado su respectivo pollo, luego de
recibirlo y ponerlo en buen recaudo, espera a que alguno otro de los cabalgadores presentes se
aproxime a él, se empareje y entonces se lanzan, de común acuerdo a todo galope a lo largo de la
calle, sujetándose, uno al otro, con ambas manos, una vez afianzados, se jalonean como si intentaran
derribar al oponente del caballo. Sobra decir que ver y escuchar, semejante competencia es
sumamente emotivo, enervante; pese a los tres o cuatro minutos que pueden mediar entre carrera y
carrera. No es lo usual, pero sí llega algún jinete a derribar al oponente. Esto es más notorio cuando,
por alguna razón previa, dos de los jinetes tienen algún tipo de rivalidad, entonces sí tratarán de
derribarse. Ya ha sucedido que por esa agresividad, algún participante ha salido muy mal herido.
También pasa que el pleito continúa cuando se bajan del caballo. Ha llegado a ocurrir que el caballo

                                                           11
   6   7   8   9   10   11   12   13   14   15   16