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Año 1861. El 23 de marzo de ese año fue asesinado el joven Ingeniero Don Antonio Leyva, por el
bandolero José Almanza quien después de robarle el caballo le propinó numerosas heridas [12].

   En la hacienda y los demás terrenos se sembraba principalmente trigo para abastecer la producción
del molino, las eras para trillar el grano estaban situadas en lo que ahora es la población, aunque
también se cultivaba maíz, chiles y legumbres y se criaba ganado, por lo cual los hacendados
españoles ocupaban peones que tenían sus viviendas cerca de la hacienda en terrenos de la misma,
por lo que, en el año de 1761 un grupo de estos individuos se reunieron para planear la compra de un
terreno que le decían “La Palma”, por el hecho de que había ahí una palmera muy grande, situado en
las cercanías del barrio de San Agustín en Chamacuero, pues deseaban tener un lugar propio donde
pudieran fincar sus casas, pero más que nada, querían ese terreno para construir un templo y venerar
la Santa Cruz que los mismos indígenas tenían en su capilla de la hacienda del Molino de Soria [13].

   También la hacienda del Molino, le perteneció al jefe Político de Celaya, el Coronel Florencio
Soria, aunque hay que hacer la aclaración de que la hacienda no recibió el nombre de Soria por este
personaje, ya que se llamaba Soria desde 300 años atrás.

   Posteriormente el propietario de la hacienda fue don Eusebio González López, esposo de doña
Emeteria Valencia; don Eusebio era un empresario rico e importante poseedor de terrenos y
haciendas como la de San Nicolás, San Antonio de Guadalupe, Santa Rosa de Melgar, La Laguna,
Don Diego, y por supuesto la hacienda del Molino de Soria donde instaló unos telares de manta, era
además accionista de fábricas y bancos, por lo que, los negocios de la casa González se manejaban
en esos tiempos por millones de pesos; aunque la hacienda del Molino, era como la oficina principal,
pues sus propietarios pasaban temporadas en ese hermoso lugar disfrutando de paz y tranquilidad, o
recibiendo la visita de sus amistades, como la ocasión que el Emperador Maximiliano a su paso para
Dolores, en septiembre de 1864, se detuvo en la hacienda de Soria. Aunque a veces recibía también
la visita de personas no deseadas ni invitadas, pues había por ahí una banda de ladrones que se
robaban las telas

   Después de la caída del Imperio de Maximiliano los simpatizantes del partido conservador cayeron
en desgracia y don Lucas Alamán que pertenecía a ese partido le vendió los telares de la fábrica
Zempoala de Celaya a don Eusebio, y este los trajo para la hacienda de Soria donde los instaló a un
lado del molino, creando desde entonces la industria textil de lana. Don Eusebio ya conocía ese
negocio, pues era dueño o socio de la fábrica de hilados La Reforma de Salvatierra, La Aurora de San
Miguel Allende y la Hércules en Querétaro, además en Salamanca tenía unos telares de madera
donde elaboraba frazadas, mantas y rebozos [14].

   Continuando con la historia de este pueblo, el escritor Pedro González dice: “En Soria está la
hermosa fábrica donde el algodón se introduce de fuera del estado para convertirlo en hilados y
tejidos, moviendo la flamante maquinaria” con tres clases de energía o fuerzas alternadas, la primera,
la corriente del río, la segunda, el uso del vapor, y la tercera la energía eléctrica; de esta última se
transportaban 500 HP desde la planta instalada en el Distrito de Acámbaro. La fábrica tenía
manufacturados 2644 husos, (ruecas), y su cotización para el pago de impuestos como giro industrial
era de $150.00 (ciento cincuenta pesos) mensuales que percibía el Municipio. Como dato histórico se
menciona que solamente había en la cabecera municipal, un motor de vapor de 45 HP, con otro de
menor potencia y una centrifuga, y eso era todo lo que componía la reducida industria que existía a
principio del siglo XX en Chamacuero. La fábrica de Soria contaba en ese mismo tiempo con servicio
telefónico particular el cual consistía en una línea de Chamacuero a la hacienda de la Laguna, de la
Laguna a San Juan, De San Juan a Guadalupe, y de Guadalupe a Soria [15]. El uso del vapor era de

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