Page 15 - Boletín N. 3
P. 15

José Ignacio Basurto, educación y literatura en el
              Chamacuero novohispano

                            Ana Lilia Olalde López

El padre José Ignacio Basurto es un personaje muy importante en la literatura infantil, la imprenta y

la educación, al ser el autor del primer libro recreativo para niños, escrito en la Nueva España [1].

El título mismo presenta la filosofía del educador: Fábulas morales que para la provechosa

recreación de los niños... Su objetivo era divertir y no tanto el aprovechamiento [2].

Sobre la obra diremos que:

Lo componen 24 fábulas, de fácil y agradable

lectura, con alto valor histórico porque registra

animales, insectos, flora y personajes del campo

novohispano [3]. Introduce datos y

observaciones detalladas de la región. Emplea

un ingenioso recurso literario para presentar la

moraleja al final de cada poema. Todas sus

fábulas son composiciones originales, no

incluyó ninguna traducción o redacción nueva de

fábulas anteriormente escritas, como lo hicieron

otros fabulistas [4].

Basurto tenía la convicción de que la

enseñanza y la práctica de la lectura, debieran ser

agradables y de que la instrucción escolar

pudiera incluir lecturas recreativas. Estas

innovaciones no fueron introducidas en la

educación formal hasta décadas después. Fue

precursor de un cambio en la actitud de los

adultos hacia los jóvenes: éstos merecían ser

escuchados y que podían divertirse al tiempo

mismo que aprendían [5].

Puede considerarse un puntal en la literatura

infantil en México. Por el momento no se conoce

alguna obra anterior, de su tipo, y más antigua,

escrita por un mexicano.

Los españoles siempre cuidaron el manejo de

los libros y de la imprenta, ambos se controlaron

con estrictas recomendaciones. Para que                  Primera página del libro Fábulas Morales.
Fábulas morales fuera impresa y pudiera

circular, se necesitó la aprobación del Estado y la Iglesia (Santo Oficio) [6].

Fábulas morales se publicó en la Ciudad de México en 1802.

Ignorado por los literatos y los historiadores durante el siglo XIX, apenas se le mencionó en una

antología en el año de 1910 por Luis G. Urbina, Pedro Henríquez Ureña y Nicolás Rangel.

Éste libro es una joya que junto con su autor, deben ser motivo de gran orgullo para los

comonforenses. Si bien José Ignacio Basurto era salvaterrense, una buena parte de su vida transcurrió

en las tierras del entonces Chamacuero.

                                                     15
   10   11   12   13   14   15   16   17   18   19   20