Page 7 - Boletín N. 3
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dragones de la reina, en cuyo centro fueron colocados los españoles que, como hemos dicho,
         estaban presos.[1]

   Suele creerse que el paso de los independentistas por Chamacuero carece de relevancia, por lo
menos en comparación con lo sucedido en otras ciudades. Vale la pena considerar dos factores muy
trascedndentes, aquí recibió Hidalgo una suma importante de dinero y, como veremos más adelante,
se sumaron una gran cantidad de hombres a las fuerzas de el ejército insurgente.

   Consta en documentos que Hidalgo capturó al español Blas de la Cuesta y al cura de San Franciso
de nombre José María Tellez, entre dichos documentos está el primer edicto de excomunión de Abad
y Queipo:

         ...usando de la autoridad que ejerzo como obispo electo y gobernador de esta mitra, declaro
         que el referido don Miguel Hidalgo, cura de Dolores, y sus secuaces, los tres citados
         capitanes [Allende, Aldama y Abasolo], son perturbadores del orden público, seductores del
         pueblo, sacrílegos, perjuros, y que han incurrido en la excomunión mayor del Canon Siquis
         suadente diabolo, por haber atentado [contra] la persona y libertad del sacristán de Dolores,
         del cura de Chamacuero y de varios religiosos del convento del Carmen de Celaya,
         aprisionándolos y manteniéndolos arrestados. Los declaro excomulgados vitandos [eran
         llamados así aquellos con quienes no se podía lícitamente tratar ni comunicar en las cosas
         que se prohibían por la excomunión mayor], prohibiendo, como prohíbo, el que ninguno les
         dé socorro, auxilio y favor, bajo la pena de excomunión mayor, ipso facto incurrenda,
         sirviendo de monición este edicto, en que desde ahora para entonces declaro incursos a los
         contraventores [....] 24 de septiembre de 1810. Manuel Abad Queipo, obispo electo de
         Michoacán [2]

   Hay un documento sumamente interesante en el archivo parroquial del templo de San Francisco,
la página correspondiente al diecinueve de septiembre muestra la firma del padre Tellez atestiguando
la sepultura de María Victoriana, india párvula [3]. En los días subsecuentes su firma sigue
apareciendo, lo cual, por supuesto, demuestra que su fallecimiento no sucedió el diecinueve de
septiembre. Pero si fue tomado preso ¿cómo es que su firma sigue figurando en el libro de manera
ininterrumpida durante varios meses? Se nos ocurren que su cautiverio debió ser muy corto, que
Mariano Abasolo, quien se caracterizó por su clemencia y por salvar de la ejecución a muchos
prisioneros, debió interceder para su liberación. Si así fue es probable que su cautiverio fuera de
algunas horas, de cualquier manera, para Abad y Queipo el hecho de tomar prisionero a un sacerdote
era uno de muchos motivos de excomunión, así éste permaneciera cautivo unas horas o unos meses.
No podemos afirmar lo mismo del español Blas de la Cuesta, ya que no se tienen noticias del destino
que corrió. Conociendo la nota que Hidalgo envía a las autoridades de Celaya pidiendo la rendición
de la ciudad, puede haberle ocurrido cualquier cosa a don Blas de la Cuesta. La nota dice en su
postdata:
“…En el mismo momento que se mande dar fuego contra nuestra gente, serán degollados sesenta y
ocho europeos que traemos a nuestra disposición…”[4]

   Al menos en Celaya tal amenaza no se cumplió o no hubo suficientes motivos para cumplirla.
   El padre Hidalgo recibió en Chamacuero dos importantes aportaciones monetarias; una provino
de doña Manuela Taboada quien, como ya se sabe, era hija del hombre más adinerado del pueblo. En
franco apoyo a la causa, seguramente por la militancia de su marido —Mariano Abasolo— en el

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